A veces solo necesito tu mirada silenciosa acentuando cada
uno de mis gestos que germinan más allá de lo racional, para exorcizar esta
desidia que me consume; esta flaqueza que apenas me deja espacio para respirar y
que no se deja matar…
Sé que puedo mirarte con estos ojos entristecidos y arrancar
tras el cristal esa desnudez con la que ataviaba mis días sin tiempo para dejar de
soñar, ni motivo para la insurrección.
Y heme aquí entregándote todas cuantas soy entre tú y yo, invocando(me)
y deseando emerger para serme fiel; esa que, ahora sí, quiere gritar y anidar
en cada una de mis grietas y heridas; esa que, ahora sí, se rebela y necesita
salir de este cuerpo sin vida, de esta mente que me fustiga enfurecida…; romper
en mil pedazos este espejo con el que me miras, y esparcir mis cenizas entre gráciles
golondrinas…
Y que el aire me permita volar…
Que aniden los besos sin presagios,
ciegos, ante un futuro por soñar.
Que llueva vida en las cornisas
donde nada las pueda alcanzar.
Y brotará inocente mi nívea piel…
Resurgirán aniñados mis días
y miles de cielos que conquistar.
Volveremos… a nacer.
©Ginebra Blonde