Sello

Todos, sin excepción, poseemos uno…
Y no importa tanto su color, forma o expresión, como la satisfacción que este nos produce, por la sencilla razón de que es nuestro, lo que nos define y nos permite, en un mundo de contenciones, ser libres…
A él le debo lo que sueño y lo que alcanzo, tanto como lo que pierdo, más allá del valor real o no que tenga, porque… la única verdad plausible, es la que a mí me hace vibrar desde ese mi sello derramándose y pronunciándose por cada recoveco de cada cosa que siento o hago; lo demás, polvo y viento…

   

Y ahí estás tú…
Deteniendo tu mirada
en cada ápice de mi piel
que sucumbe a tu mirar…
Porque lo sabes…
Sabes bien
que se me derriten las ganas
cuando, aun sin rozarme,
se abren mis promesas
antes de pronunciarte;
solo observándome
se me escapan mis manos
revoltosas y ágiles, quizá
para provocarte
y ocupes tu lugar
en este, mi aquelarre…
 
Y acudes a mi llamamiento;
no, sin antes,
procurando mis mieles,
derramadas y exigentes,
que en tu boca cincelan
el mejor de los presagios…
 
©Ginebra Blonde